Según las simulaciones de dinámicas magnéticas realizadas por los investigadores, la respuesta se encuentra en las variaciones en la velocidad del flujo del plasma hacia el ecuador en el interior del Sol.
Hacia el final del ciclo solar 23, que tuvo su punto álgido en 2001, la actividad del Sol entró en un mínimo prolongado caracterizado por un campo magnético polar muy débil y un inusual número elevado de días sin manchas solares.
Los investigadores, dirigidos por Dibyendu Nandy, utilizaron un modelo matemático de las dinámicas magnéticas del Sol para simular 210 ciclos de manchas solares, mientras que variaba la velocidad de circulación del plasma norte-sur.
Los resultados muestran que un flujo meridional rápido en la primera mitad de un ciclo, seguido de un flujo más lento en la segunda mitad, conduce a un mínimo de manchas solares y puede reproducir las características observadas del mínimo del ciclo 23.
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